Por Jorge Eduardo Catelli

Muchas son las maneras en que permanecerá en nuestro recuerdo Celia. Para muchos será la profesora de música, quien los inició en temas que jamás se hubieran imaginado, en mundos que nunca hubieran pensado, en compositores que ella sabía introducir y en técnicas pianísticas y vocales que le gustaba identificar y transmitir. Ritmos, cadencias, tonalidades, timbres, vibratos, legatos, respiraciones, cifrados y otros términos de su “métier” habitaban su lenguaje y su escucha. Una escucha de puro descubrimiento, que sabía transmitir con lenguaje claro y directo, con emoción y pasión. Las culturas, los universos simbólicos, una mirada ecuménica de las religiones, de los orígenes de las sociedades, las migraciones, el simbolismo y la transmisión oral eran parte de sus muchos intereses. La narrativa fue también su vía facilitada para contar las anécdotas más desopilantes e interesantes, con que captaba la atención de estudiantes y colegas. Los famosos Les Luthiers se habían conocido en su living, había sido amiga de Leda Valladares y de quien trajo la musicoterapia a la Argentina, Vida Brener.

Tal vez permanecerá para muchos con su mirada honda y celeste, con muchos rulos y sensibilidad social, una mirada con experiencia de vida, que se manifestaba con voz grave y sentido crítico, cuestionadora y aguda, emotiva y con olor a tabaco, a las carcajadas contagiosas y con la franqueza de esa niña que también fue: una niña curiosa y maravillada por las sorpresas de un universo diverso y polifónico, que la fascinaba.

De los ciento veinticinco años de la Goethe-Schule que supo celebrar con todos nosotros en el Colegio, estuvo dedicada a nuestra institución dieciséis, hasta su jubilación en 2005. Viajó acompañando proyectos diversos a Verónica, Chile, fue parte de la organización de los eventos por el 100º Aniversario de la Goethe-Schule y se dedicó también a contribuir con sus saberes a los proyectos de teatro de aquellos años. 

El pasado cuatro de diciembre falleció Celia, sin demasiada anticipación, luego de un breve período de transición y casi sorpresivamente.

Celia está en todas esas cosas que nos supo dar. Celia está en todas esas representaciones que nos transmitió con amor y con pasión. Celia está un poquito o mucho, en cada uno de quienes tuvimos la enorme fortuna de conocerla y abrevar de ella, todo lo que generosamente supo ofrecer y hacer florecer en los otros. Allí la encontramos, allí la seguimos recordando, evocando y disfrutando.