Por Melanie Mahler
¿Quién no se preguntó alguna vez cuántos años tardó Miguel Ángel en pintar la Capilla Sixtina, cómo se construyeron las pirámides en Egipto o cómo se hacían los grandes tapices para decorar los castillos de Francia?
Estas y otras tantas preguntas que nos hacemos tienen una sola respuesta: con mucho amor, trabajo constante, tenacidad, propósito, apoyo comunitario e intenciones que en la mayoría de los casos no dependían de la riqueza que pudieran obtener de su trabajo quienes lo hacían. No se ponía el foco en ese valor “dinero” que podían ganar los artistas/arquitectos /artesanos (hoy día sin divisiones tan formales en estos tiempos y con tareas entretejidas que se complementan). Lo que importaba realmente es que el trabajo acompañaba a toda una comunidad que llegaba a los castillos y tenía los tapices, los faraones tenían sus pirámides y los eclesiásticos su capilla.
Por supuesto (y esto no está en discusión), muchos esclavos perdieron la vida construyendo las pirámides. Miguel Ángel pintaba sin luz eléctrica, acostado sobre una tabla que colgaba del techo, y quienes confeccionaban los tapices bordaban en situaciones complejas y de mucha demanda. Los tiempos cambian y por eso debemos velar juntos por una comunidad que trabaja con sus manos con una misma intención, sin ser ajena a que hoy en día se sigue bordando, construyendo y pintando en condiciones completamente desfavorables. Pero ese es otro eje de discusión que no viene al caso.
Solo en comunidad entendemos cuando hay trabajo en equipo que se ve, se disfruta y se transita. Achy y Geraldine, las artistas maestras de nuestra Primaria, lograron brindarse a las intenciones del trabajo en equipo y los resultados están a la vista.
“Mundos de agua” es la instalación artística que acompaña esta semana de proyectos. La temática es el agua, un abordaje conceptual y visual que trabajaron desde primer grado hasta sexto. Muchas horas de trabajo áulico, mucho amor conjunto, muchas manos habilidosas, muchas intenciones visuales profesionales.
La instalación se brinda como una fiesta lúdica, en la que podemos pescar en el mar con una ballena amigable, visitar una cueva del hielo que nos ilumina y bañarnos en una cascada que hasta parece fría. ¡Hasta las nubes tienen luces!
Toda combina y también se reutilizó material. Las familias ayudaron para que la cueva de “bolsitas” blancas fuera realidad y tanto alumnas como alumnos de Primaria fueron los grandes artistas que hicieron posible esto, que es conmovedor e imperdible.
También visitaron la instalación los alumnos de la Secundaria, que jugaron en ella como cuando eran más chicos.
Sigamos juntos imaginando otros mundos posibles, sumergiéndonos en el presente y creando en conjunto.
Felicitaciones a Achy y a Geraldine por tener sus ojos tan atentos, sus manos tan cálidas y sus corazones expandidos para contagiar tanto entusiasmo.
¡GRACIAS!