Por profesores y profesoras acompañantes

     El aymara tiene cuatro personas gramaticales, no solo tres como el español (yo, tú, él/ella). La cuarta persona en aymara se denomina “jiwasa” que no es considerado un yo plural sino que es una persona singular y a la vez colectiva.

En esta experiencia de convivencia logramos construir redes de sentido, una nueva “ecología de saberes” e incorporamos a nuestro diccionario un nuevo término que es “compartencia”, en vez de “competencia”.

Verónica nos recibió con frío pero con una calidez incomparable. Muchos de nosotros habíamos estado allí hace muchos años. El reencuentro con el lugar y la adaptación a los cambios nos interpeló de manera muy afectuosa y entre emoción y sonrisas aparecieron los recuerdos. Sabíamos que estábamos juntos para intercambiar nuestras singularidades y despojarnos de prejuicios, ofrendarnos con franqueza a cara lavada, sin maquillaje ni pretensiones y dejando de lado los estigmas, conjeturas y dudas para saber que podíamos tejer una red colectiva.

Todo este proceso nos invitó a dejar los celulares (o al menos no estar tan pendientes), conectarnos con la mirada y el sentir del otro, atender necesidades que aparecían, estar permeables a la escucha, compartir inquietudes, mostrarnos con nuestras fortalezas y debilidades y sorprendernos de la magia que tienen nuestros pares porque nos tomamos el trabajo de conocernos un poco más.

Quien dentro del ámbito escolar no se atreve a hablar, en Verónica se hizo escuchar, aquel que creíamos que no iba a colaborar estuvo muy presente, la que siempre habla sin parar logró hacer silencio para dar lugar… y así fue como vivimos situaciones gran satisfacción, gratas sorpresas y cálidos abrazos.

En esta convivencia abordamos tres ejes: El YO, EL ELLOS y el NOSOTROS

DÍA 1: el YO

Trabajar el “yo” significó atrevernos a viajar en nuestra propia historia, ser conscientes de nuestros propios estados de ánimo, de los que nos atraviesan en el aquí y ahora y de los que también ocurrieron en el pasado. Descubrir fortalezas y debilidades, qué aspectos de nuestras vidas podemos mejorar y qué virtudes tenemos para poner al servicio de otros. Primero “encontrarnos” para luego salir y encontrarse con “otros” que también tienen cosas para enseñarnos. Abrir nuestra canilla del corazón para vaciarnos de prejuicios, intereses, deseos, formas de pensar y así aceptar al otro tal como es.

La antigua carpintería convertida en SUM nos alojó para las actividades y los momentos de reflexión y juego, y los pabellones fueron el lugar de encuentro entre pares.

DÍA 2: el ELLOS

Organizados en grupos, estudiantes y docentes salimos a conocer a la comunidad de Verónica. El objetivo, que ya se venía planificando desde Buenos Aires, fue visitar diferentes espacios educativos como un jardín maternal, una escuela especial y un jardín de infantes. Allí compartimos juegos, hicimos teatro de títeres, pintamos con témperas y vivenciamos por un rato el día a día de las diferentes instituciones.

Pero eso no fue todo. También nos adentramos en la historia del lugar recorriendo la mítica estación del ferrocarril y la plaza, la municipalidad y la iglesia. Y de todo esto, tan cotidiano y sencillo para algunos, tan distinto y tan propio para tantos, nos interesa destacar algunos momentos.…

El encuentro con la Sra. Angélica de 91 años y su hija Yoli que amorosamente invitaron a cinco estudiantes con la docente a su casa. Allí, las vecinas veroniquenses compartieron historias, imágenes y poemas en honor al ferrocarril. ¡Incluso invitaron a los alumnos y alumnas a almorzar una rica tortilla de papas con ellas!.

El paseo por la estación de ferrocarril, donde nos detuvimos para poner en palabras los contenidos que se venían trabajando en Geografía. ¿Cuál fue el impacto que tuvo el ferrocarril en la vida de las distintas poblaciones argentinas?; ¿cómo se organizó el pueblo que surgió y se desarrolló al lado de las vías?; ¿cuán determinante fue el trazado de las líneas férreas en el proyecto del país?

Otro momento que nos gustaría destacar son las visitas y pinturas en el centro de la ciudad. Verónica es una ciudad que cuenta su historia. La plaza principal, secundada como en tantos otros pueblos de la provincia de Buenos Aires por la Municipalidad y la Iglesia, nos envuelve con un puñado de monumentos muy significativos para nuestra historia. Destacamos las escenas sobre la historia reciente como el monumento a los desaparecidos o el recuerdo de Malvinas, el homenaje a la mujer, materiales reciclados formando la bandera argentina, pájaros y flores.

Bajo el sol radiante de una mañana invernal nos dimos el lujo de montar un taller de artistas y un grupo de alumnas pintaron hermosas acuarelas que despertaron la curiosidad y nos permitieron intercambiar palabras con los transeúntes.

Por último, un grupo de estudiantes entrevistaron a distintas personas que circulaban por la plaza, recorrieron el edificio municipal y conocieron cómo es la dinámica de una mañana en una ciudad de 7.000 habitantes.

En el jardín de infantes nos contaron sobre sus proyectos de reciclaje e hicimos un teatro de títeres.

Y compartimos sus y nuestras huellas

DÍA 3: El NOSOTROS

El NOSOTROS nos interpeló la última mañana de convivencia. Entendiendo entre todos que en esos días compartimos nuestros matices personales (humores y sentimientos) y que nuestro “propio color inicial “con el que habíamos llegado a Verónica había mutado en tonos. En este contexto propusimos un taller de arte para sintetizar esta situación. Cada alumna y alumno eligió su propio color y tuvieron que mezclar ese color con blanco y negro para lograr matices más oscuros y más claros de ese color. Como resultado, y haciendo uso de esa paleta variada, cada uno relizó un autorretrato que formarían parte, a nuestro regreso, de un mural colectivo.

Después de almorzar y siesta mediante en el micro, el regreso al colegio no significó el fin de esta experiencia: todavía faltaba el broche de oro. Luego de disfrutar de una merienda en el comedor participamos del Encuentro Puente organizado por Goethe Alumni y por la Dirección de Secundaria de la Goethe-Schule en el marco del Proyecto de Orientación Vocacional. Este evento permitió darle perspectiva de futuro a todo lo vivido en el viaje. Los alumnos y alumnas de 5° y 6° años tuvieron enriquecedoras charlas con exalumnos, padres, madres profesionales y estudiantes universitarios que les contaron sus propias experiencias. Además, la actividad sirvió como orientación en la elección de la carrera a seguir con el objetivo de guiar el desafiante y profundo proceso de construcción de los proyectos de vida de cada estudiante.

GRACIAS A TODOS Y TODAS Que siempre haya luz para tejer la red colectiva