Integrantes de la comunidad Goethe todos, alumnas y alumnos, familias, docentes, personal no docente y directivos,
Termina el primer mes de actividad escolar en este segundo año de pandemia. Si bien la vida volvió al colegio, con innumerables alegrías por encontrarnos todos los días en nuestra escuela, debemos reconocer que la vuelta al colegio no es todo lo que esperábamos: la “presencia” no es aquella que alumnos, docentes y familias deseaban, y el sistema de aprendizaje combinado, que permite alternar la presencialidad del docente con actividades de virtualidad sincrónicos y asincrónicos complementarios de lo desarrollado en las clases presenciales, requiere ir introduciendo ajustes. A los desafíos en el frente pedagógico hay que sumar los cierres de burbujas y aislamientos preventivos de alumnos y docentes, los ajustes que debemos introducir continuamente atendiendo a los reglamentos oficiales oscilantes, y los contratiempos que resultan para la logística familiar. Poco tiene que ver con la vida escolar a la que estábamos acostumbrados.
Aun así, hay algo que no ha cambiado: la voluntad y el compromiso colectivo de ofrecer a nuestras alumnas y nuestros alumnos la mejor experiencia de aprendizaje posible en este mundo repleto de nuevos desafíos. Ese es nuestro proyecto común. Aspiramos a que nuestros hijos e hijas adquieran conocimientos y entrenen un pensamiento autónomo a la vez que sus capacidades emocionales, acompañando el proceso cognitivo con intensa actividad deportiva individual y en equipo. A pesar de la pandemia y sus limitaciones, ese objetivo común nos hace socios.
Hacer de cuenta que no se han cometido y se cometerán errores sería de necios. Junto a otros colegios con quienes nos coordinamos tanto a nivel de directivos como desde la Comisión Directiva, estamos aprendiendo de esos errores. Buscamos corregirnos, incorporando aprendizajes propios y ajenos. Las observaciones constructivas que llegan principalmente por el canal de los representantes de clase ayudan a identificar las necesidades de corrección para que la experiencia colectiva mejore día a día. Las reuniones de Comisión Directiva con los representantes de clase y directamente con los padres en los desayunos (en este período “virtuales”) a los que son invitados, abren otro canal de comunicación para identificar problemas y trabajar soluciones.
En este período extraordinario que transitamos, recordemos que “el proceso educativo y de formación es una tarea conjunta, activa y responsable del alumno y la familia con la Goethe-Schule, en un marco de confianza mutua.” Esa manifestación, pilar de nuestro Ideario, elaborada hace cinco años en un foro que involucró a toda la comunidad escolar, expresa también hoy nuestra aspiración como colegio. Las familias que eligen a la Goethe-Schule no renuncian a ser partícipes activos y responsables del proceso educativo y de formación de sus hijos. Es “una tarea conjunta… en un marco de confianza mutua”.
Iniciamos el ciclo lectivo 2021 con una población de alumnos prácticamente igual a la que tuvimos al terminar 2020. Ese dato sugiere que las iniciativas desplegadas en 2020 fueron bien recibidas. Hubo esfuerzo acompañado casi siempre de comprensión y observación constructiva frente a errores, que se fueron corrigiendo. Nos urge, y nos conviene a todos, pero principalmente a los alumnos y alumnas, preservar y aumentar ese espíritu constructivo.
El equipo directivo se encuentra frente a desafíos que exceden sus funciones tradicionales. Ponen toda su preparación profesional, su dedicación y voluntad para abordarlos, conscientes de las enormes restricciones que la pandemia impone a las familias, incluyendo las propias. Buscan proactivamente ajustar procesos para que nuestros hijos/as puedan maximizar la experiencia de aprendizaje que este proyecto en común ofrece. Más allá de su motivación personal, es importante recibir devolución, sincera pero constructiva, que los anime a emprender las correcciones y mejoras que en este contexto se deben reconocer e implementar.
Los directivos también necesitan tiempo para observar el funcionamiento de las iniciativas que proponen, e identificar y guiar los ajustes necesarios. Si los docentes son interpelados sin gestos de acompañamiento y comprensión por el desafío que también ellos enfrentan, y en más de una ocasión sin respeto, sus deseos de superarse son socavados. Y si se somete a los integrantes del equipo no pedagógico a demandas impacientes por todos los sectores respecto de problemas que no están en condiciones de resolver, cuanto menos con la inmediatez exigida, se retraen y dejan de aportar su creatividad, que es fundamental en este periodo de incertidumbre.
Nos habíamos acostumbrado a vivir al abrigo de una frazada generosa tejida por la comunidad Goethe a lo largo de casi 125 años. Esa frazada, que nos abrigó bien en tiempos de cambios manejables, con la pandemia nos quedó corta. Hoy la comunidad Goethe debe volver al telar. La única manera de que vuelva a cubrir a todos es tejer juntos y con paciencia.
El vínculo con Alemania nos fortalece a la vez que nos exige. Gracias al apoyo recibido durante 2020, se pudieron cubrir gastos corrientes que de otra manera hubiésemos debido solventar los socios. Ese vínculo también marca un rumbo que nos ayuda, en tiempos como estos, a levantar la mirada y colocarla en nuestra verdadera meta: que además de los contenidos pertinentes, nuestros alumnos y alumnas aprendan de y con nosotros, con respeto, comprensión y solidaridad, a identificar y edificar las soluciones creativas que nos permitan hoy, y les permitan mañana, cuando ya hayan dejado las aulas, superar las adversidades.
Confiamos en cada uno de los miembros de esta comunidad: confiamos en cada alumna y cada alumno, en cada familia, cada docente, cada integrante de nuestro equipo no docente y en cada uno de nuestros directivos. Porque todos lo queremos, entre todos podremos lograr que la Goethe-Schule emerja de la pandemia “más bella, más buena y más fuerte”. (1)
La Comisión Directiva_____________________________
(1) Discurso de la Vice-directora Alemana Waltraut Frank, Acto de Colación 2018.