Discurso de los Bachilleres

Por Constanza K., Justina S., Julian F. y Nikolas J.,

en nombre de la promoción 2021

Estimados directivos, Comisión Directiva, profesores, preceptores, personal de maestranza, padres y egresados,

Lo primero que queremos mencionar es que para nosotros es un verdadero placer dar el discurso de colación en nombre de nuestros compañeros y amigos egresando hoy aquí.

Como ya sabemos, el día de hoy es muy especial e importante para todos nosotros. Luego de regresar de nuestras vacaciones, al fin llegó el momento de finalizar esta etapa de nuestras vidas. Hace seis años, con muchas emociones acumuladas, pasábamos a Secundaria. Una etapa de nuevas experiencias, amigos, valores y enseñanzas. De momentos que siempre estarán presentes en nuestros corazones, y que nos convirtieron en las personas que somos hoy en día. Este logro no es sólo nuestro, sino que también es de aquellos quienes día a día estuvieron ahí, detrás de nosotros, impulsándonos a seguir adelante. Por eso queríamos agradecer a los presentes individualmente por habernos ayudado y apoyado durante este largo camino.

Primero queríamos agradecerles a los profesores, preceptores y directivos por brindarnos sus conocimientos y prepararnos académicamente. No solo por compartir su experiencia y su tiempo aún fuera del horario escolar, sino que también por su exigencia y sus consejos para poder enfrentarnos al mundo que nos espera. Lograron hacernos sentir que podíamos hablar con ustedes cualquier día, a cualquier hora, ya sea por un asunto académico o personal. Podemos decir que a algunos de ellos les sacamos varias canas nuevas.

Asimismo, queríamos reconocer y darle las gracias al personal de maestranza por siempre estar dispuestos a darnos una mano ante cualquier situación.

Y por supuesto no nos podemos olvidar de aquellas personas que han hecho que este periodo haya sido mucho más llevadero. Por eso mismo nos dirigimos a nuestras familias para agradecerles su apoyo constante y su confianza en nosotros. Ellos fueron quienes permanecieron varias noches despiertos hasta tarde explicándonos las tablas de multiplicación, manteniendo la calma, o por lo menos intentándolo. Nos vieron y nos ayudaron a crecer. Fueron quienes nos apoyaron en aquellos momentos difíciles, cuando nos veíamos perdidos, dándonos ese empujón, haciéndonos saber que los tropezones no siempre son caídas.

Ahora bien, durante todos estos años acumulamos experiencias, momentos y recuerdos en cada lugar de nuestro colegio, y la verdad es que todos ellos nos acompañarán para siempre. Ninguno de nosotros va a olvidar el día que en primaria los profesores se olvidaron a Sofi H. en el natatorio, las asambleas generales hablando sobre mi robando los blocks de arte o el tetris que creamos con los tuppers en los microondas a la hora de calentar nuestra comida. Tampoco nos podemos olvidar de los campamentos, las peleas que surgen en las pausas, las innumerables ventanas que rompimos y las sensaciones de estrés previo a los exámenes. Hay recuerdos en cada esquina de nuestro colegio, recuerdos buenos, algunos no tan buenos, pero recuerdos que forman parte de nuestras vidas.

En fin, estamos seguros de que todos nosotros tenemos en este preciso momento un nudo en el estómago. Una inmensidad de emociones corre por nuestras venas con tan solo pensar que mañana ya somos parte de la comunidad Alumni de la Goethe.

La pandemia hizo que estos dos últimos años fueran más difíciles para la mayoría. Una mezcla de estrés, tristeza, felicidad y duda rondaba todos los días por nuestra mente, y por eso nuestros compañeros jugaron un papel importante a la hora de seguir adelante. Tan solo ayudándonos con las tareas o explicando un tema que no había quedado claro. Podemos decir que todos nosotros estamos presentes en cada uno de los títulos entregados esta noche.

Como mencionamos anteriormente una ola de emociones está arrasando a la camada 124 de la Goethe, entre ellas el miedo y la nostalgia. Probablemente todos estamos reflexionando sobre lo que está por suceder, lo que está por cambiar en nuestras vidas. Con solo pasar por la puerta de salida, nos convertiremos en otras personas. Ahora sí somos nosotros quienes debemos tomar las riendas de nuestras vidas. El miedo de no saber si escogimos la carrera correcta, de distanciarse de los amigos que más queremos o del cambio de rutina es uno de los más frecuentes. Varios de los egresados presentes tomaron la decisión de estudiar en otro país, ya sea Alemania, Estados Unidos o Suiza. Es más, varios de ellos ya están viviendo allí. El hecho de tener que dejar a tus amigos y familiares atrás e independizarse a los 18 años no es fácil. Moverse solos, conocer nueva gente e integrarse en estos nuevos ambientes son desafíos que todos debemos enfrentar. Retos que van a hacer que maduremos y dejemos la fase de la adolescencia atrás. Porque a partir de mañana ya seremos adultos.

Todos hemos cumplido nuestro objetivo al estar hoy presentes. Aunque cada uno de nosotros siga un camino diferente, los recuerdos van a perdurar en nuestros corazones. Este nuevo comienzo puede resultar complejo para varios de nosotros. Pero llega el momento de despedirse, de decir adiós al colegio y a la vida escolar, llega el momento de empezar una nueva fase de vida, mirar e ir hacia adelante, pero eso sí, sin olvidar el pasado. Porque juntos crecimos y juntos nos egresamos.