A partir del 1º de febrero del 2025, Herr Cornelius Motschmann, nacido en Berlín y con una vasta experiencia profesional en Hamburgo y Génova, se convertirá en el próximo Director General del colegio. Dada su reciente visita, los alumnos y alumnas aprovecharon la ocasión para realizarle una entrevista.
¿Cómo se llama y cómo le gustaría que se dirijan a usted?
Me llamo Cornelius Motschmann, Cornelius de nombre de pila y Motschmann de apellido. En Alemania, en un contexto laboral, siempre se hubieran dirigido a mí como Sr. Motschmann. Durante el tiempo que estuve en la Goethe-Schule, en las diversas reuniones mantenidas tanto con colegas como también con alumnos y alumnas, me he dado cuenta de que en Argentina es costumbre tutearse y dejarse llamar por el nombre de pila.
Tendría que pensarlo, pero podría ser que los colegas se refieran a mí como Cornelius y los alumnos y alumnas como Herr Motschmann. No porque quiera establecer con los estudiantes una jerarquía o crear una distancia, sino porque este es un colegio de encuentro, bicultural. Esto no es nada común en Alemania, allí los colegas se tutean entre sí, pero no es habitual que los alumnos y alumnas lo hagan con los docentes. Si quieren aprender un correcto alemán y además ir a Alemania, creo que sería muy bueno que sepan que a un docente se lo trata de usted.
Para conocerlo mejor, quisiéramos saber de dónde viene y cómo fueron sus experiencias como docente o director.
Nací en Berlín y tengo 55 años. Allí fui al colegio y también asistí a la universidad. En 1994 realicé el erstes Staatsexamen, luego la Doktorarbeit y más tarde el zweites Staatsexamen. En 2000, cuando empecé a querer dedicarme a la profesión, no encontré trabajo en Berlín. Era una época en la que había demasiados docentes. Ahora esto es diferente, sucede exactamente lo opuesto. Por eso me fui a Hamburgo, donde estudié Historia del Latín. Después de tres años, volví a cambiar de escuela porque solicité un puesto como Subdirector. Durante siete años llevé a cabo planes de horarios, suplencias y aulas. En 2010, me trasladé a Génova, Italia, con toda la familia, mi mujer y nuestros cuatro hijos, para desempeñarme durante ocho años como director de un colegio alemán en el extranjero. Durante este tiempo, nos sentimos muy a gusto. Después volví a Hamburgo, donde llevo dirigiendo una escuela desde hace seis años.
Como nuestros hijos ya no están más en casa con nosotros, pensamos en tener otra vivencia en el extranjero, porque la anterior nos había parecido muy positiva. Para que no resultara siempre lo mismo, consideramos elegir un nuevo idioma, el español, que es parecido al italiano, y quisimos que la experiencia se diera fuera de Europa. Así surgió relativamente rápido la opción de mudarnos a Argentina.
También nos gustaría saber qué ideas y objetivos concretos tiene para el colegio.
Es difícil decirlo. He mirado la página web, que es muy clara y ofrece mucha información. Hay una diferencia entre lo que se lee y lo que se experimenta con las personas. En las conversaciones que mantuve en estos días, me parece que un punto clave es que el Kindergarten, la Primaria y la Secundaria crezcan en conjunto. También podría imaginar que no hubiera un departamento argentino ni alemán, ya que se trata de un colegio de encuentro. Los demás objetivos se irán clarificando a partir de las charlas o cuando esté yo aquí. En mayo tendremos una inspección importante y luego recibiremos un informe de expertos externos, que evaluará dónde están los objetivos de desarrollo y jugará un rol clave.
¿Cómo llegaron a Argentina y a nuestro colegio en particular?
Ya estábamos interesados en regresar al extranjero y en aprender otro idioma que no fuera necesariamente el inglés. Buscábamos algo nuevo y se nos ocurrió el español. Después reflexionamos: ¿Dónde? Había dos opciones: España o Latinoamérica.
Hemos oído hablar de tres cosas de Argentina que en especial nos gustan:
- El tango: lo empezamos a bailar en Génova.
- El fútbol: me interesa mucho y me encanta el equipo de Argentina. Para mí, Maradona es el mejor y siempre lo será. Era fantástico verlo jugar en ese entonces. La velocidad, la técnica, me parecía sencillamente maravilloso.
- La carne: la que he comido aquí hasta ahora me ha parecido excelente.
También tengo que decir que hay muchas personas que han vuelto de Sudamérica y han hablado maravillas de Argentina.
A su vez, me pareció lógico postularme porque este colegio ofrece el certificado DIA, a diferencia de las otras escuelas de Buenos Aires.
¿Qué mensaje quisiera hacerle llegar a la comunidad de la Goethe-Schule?
Como en Italia, aquí he experimentado una recibida muy cálida. La amabilidad con la que toda la comunidad de la Goethe-Schule me ha acogido en los últimos días ha sido fantástica. Espero poder devolverle mucho de lo que me ha dado.
Muchas gracias, Herr Motschmann, y esperamos poder conocerlo mejor a partir del 1º de febrero del año que viene.
¡Estupendo! Les agradezco por la entrevista.