Estimadas familias,
prometimos contactarlos regularmente para mantenerlos informados sobre el enfoque del colegio respecto de la situación actual. Por lo tanto, les escribo hoy una nueva carta.
Por el momento no sabemos con certeza si la cuarentena en Argentina continuará y en qué medida. Pero mientras escribo estas líneas, estimo que pasaremos más tiempo en una fase de aprendizaje a distancia.
Estas clases a distancia me concierne personalmente de tres maneras diferentes. Soy, como todos ustedes saben, el Director General de la Goethe-Schule y por lo tanto soy responsable de hacer que la educación a distancia en nuestro colegio funcione. Junto con los directivos de los diferentes niveles y junto con las y los docentes, planificamos los conceptos y los contenidos de las clases a distancia y nos aseguramos de transmitir los contenidos, que las alumnas y los alumnos estén acompañados durante el período de cuarentena y que logren estar preparados para los exámenes importantes a pesar de las circunstancias.
También al ser docente -enseño en la Secundaria- veo todo lo que se puede transmitir a las alumnas y los alumnos en las clases a distancia, reconozco el alcance de las correcciones que una o un docente tiene que hacer, comprendo lo difícil que es para las alumnas y los alumnos hacer frente a las consignas que yo pensaba que estaban claramente establecidas, pero que finalmente quizás no lo estaban tanto. Son cosas normales en la vida escolar diaria que siempre se pueden resolver rápidamente durante la conversación en el aula; esto ahora se complica un poco más.
Y finalmente, soy padre de cuatro hijos: tengo una hija en Kindergarten, un hijo en Primaria y dos hijos en Secundaria. Mi esposa cuida intensamente de los dos pequeños, Luzie recibe indicaciones de trabajo a través de un sistema bastante interactivo llamado SeeSaw y Emil a través del blog de sus docentes. El más grande trabaja de forma completamente independiente, el segundo necesita apoyo para organizar su trabajo y a veces ayuda con las tareas. Así que somos una familia que se ve razonablemente impactada por la cuarentena. Así sucede que alguien entra en mi oficina cuando estoy en medio de una conferencia telefónica, que uno de los niños me pregunta algo mientras escribo un correo importante, que otro se ha lastimado cuando estoy leyendo una carta, muy posiblemente en español, en la que quiero concentrarme especialmente.
¿Por qué les escribo esto? Una semana con un fin de semana largo y tres días de clases ha quedado atrás. Fue ciertamente positivo que nuestros hijos tuvieran tiempo para adaptarse un poco a la nueva forma de enseñanza y acostumbrarse a la vida en cuarentena con nosotros, sus padres y madres. Y no sólo los niños tuvieron este tiempo, sino que nosotros los padres, que también tenemos que familiarizarnos con condiciones completamente nuevas, tuvimos la oportunidad de adecuarnos lentamente pero con seguridad a la nueva situación. Todos nosotros también disfrutamos de nuestros hijos desde un lugar completamente nuevo durante este tiempo, y esto trae consigo muchos momentos agradables y otros un tanto agotadores. Vivimos intensamente con ellos en un espacio pequeño, tenemos un intercambio constante, debemos recordarles regularmente sus tareas, animarles a trabajar y aprender, como también nos encontramos con situaciones de conflicto y tenemos que conciliar todo esto con nuestro trabajo cotidiano, en el hogar y para nuestros empleadores. Es necesario realizar un gran esfuerzo y deberíamos ser conscientes de su importancia.
De la misma manera, nosotros como docentes experimentamos nuestra relación con los estudiantes de una manera completamente nueva. Por un lado, debemos trabajar mucho más estrechamente con ellos para mantener el contacto personal, pero por otro lado, ya no tenemos el intercambio personal directo con ellos en el aula. Además ahora la oficina está en nuestra casa, tenemos a nuestras familias con los niños a nuestro alrededor y por lo tanto no siempre estamos tan tranquilos como podemos estar en el aula. Puede suceder, por ejemplo, que los padres miren por encima del hombro de sus hijos durante una videoconferencia, y esto es absolutamente inimaginable en el aula, y con razón. Todo esto representa un acto de equilibrio que es agotador para todos los involucrados y que requiere comprensión y voluntad de todas las partes -docentes, alumnas y alumnos, padres y madres – para poder ponerse en el lugar del otro.
Para la educación a distancia hemos decidido, de acuerdo con nuestras propias consideraciones pero también con el consejo de pedagogos de Alemania, Argentina y los EE.UU., prestar atención a un cambio entre las actividades asincrónicas y sincrónicas. La mayoría de las lecciones deben ser asincrónicas, es decir, las alumnas y los alumnos no deben sentarse simultáneamente frente a la pantalla para la mayoría de las lecciones, sino que deben trabajar en tareas, consignas, proyectos, etc. de acuerdo con su propia planificación del tiempo. En la medida apropiada, hay lecciones que deben celebrarse de manera sincrónica a fin de establecer un contacto directo, permitir el intercambio personal, dar explicaciones, expresar y transmitir sentimientos y lograr efectos más allá del aprendizaje cognitivo que influyan y promuevan el desarrollo de las alumnas y los alumnos, también en las clases a distancia. Ciertamente todavía queda mucho camino por recorrer en este sentido, y para hacerlo sobre una base lo más objetiva posible estamos realizando actualmente una encuesta que nos permita hacer nuevas modificaciones en nuestro sistema las próximas semanas.
En este tipo de clases, nosotros como padres tenemos un papel importante que desempeñar. Esto es más fácil para algunos, más difícil para otros. Algunos pueden conciliar esto más fácilmente con su vida cotidiana y el trabajo, otros no tanto. En algunas casas hay un dispositivo por persona mientras que en otros hogares hay una sola computadora que debe ser compartida por varios miembros de la familia, tanto para el trabajo de los padres como para las tareas de los niños. Dadas estas circunstancias, nosotros como colegio siempre mostraremos la mayor flexibilidad posible a la hora de completar y presentar las tareas, y los colegas siempre tendrán una escucha atenta a la hora de tratar con dificultades específicas. Esta es nuestra tarea como educadores en general y estamos encantados de poder cumplir con ella. Sin embargo, para que podamos hacer esto, es importante que sus hijas e hijos o ustedes como padres se pongan en contacto con las y los docentes para señalar estas dificultades. Esto sería de gran ayuda para todos, llevaría siempre a una mejor comprensión y evitaría malentendidos.
Somos conscientes de que cuanto más tiempo duren las clases a distancia, los padres se darán cuenta más frecuentemente de cosas que les gustaría ver mejoradas. Para eso les pedimos que sigan las vías previstas para expresar estas observaciones:
Siempre pueden contactar directamente con la o el docente al que va dirigida su solicitud. Por supuesto, también pueden contactar con los representantes de su clase y de su sección para que expresen esta preocupación en su nombre.
Si no logran avanzar con sus observaciones, siempre pueden acudir a los directivos de los niveles para expresar sus preocupaciones.
En caso de que sus observaciones no sean escuchadas lo suficiente o no produzcan suficientes resultados, también estoy a su disposición y haré todo lo posible para encontrar una solución a su problema dentro de mis posibilidades y de nuestro margen pedagógico.
La semana pasada ya les había solicitado un poco de paciencia. Me gustaría reiterarles este pedido en este momento. Seamos pacientes con nosotros mismos, con nuestros hijos, con nuestros pares, con el colegio -socio en la educación y la crianza- y con la situación en general. Sí, creo que en este momento todos debemos tener paciencia, además de salud, y soy plenamente consciente de lo que esta paciencia exige de todos nosotros. ¡Apoyémonos mutuamente, para que juntos podamos salir fortalecidos de la situación actual!
Lo que seguiré reiterando al final de mis cartas es mi agradecimiento a todos los involucrados. Quisiera agradecerles hoy por la curiosidad con la que todos afrontamos juntos nuestras nuevas tareas, con la que todos afrontamos los nuevos retos técnicos y con la que todos nos acercamos responsablemente a la vida privada de nuestros compañeros, la cual están dispuestos a compartir a través de las diversas conferencias.
Permanezcan sanos con sus familias y reciban mi afectuoso saludo,
Philipp Wehmann
Dirección General