Por Jessica Tacconelli 

Cuentan los que saben, que desde hace años, unos seres fantásticos visitan el patio de 1° año de Primaria de la Goethe-Schule. ¿Pudieron verlos alguna vez? Son las madrinas y los padrinos. Criaturas legendarias que tienen entre diez y once años, lo cual los convierte en los más grandes de la Primaria. Dicen que suelen aparecer durante los primeros días de marzo para visitar a los más chicos del colegio: otros seres fantásticos,  las ahijadas y los ahijados. Estas especies, también legendarias, están dando sus primeros pasos de reconocimiento por un nuevo, desconocido y hasta temible momento: los recreos. 

Se los suele ver haciendo lo que mejor saben hacer ambas especies: jugar, jugar y jugar. Los más grandes cuidan a los más pequeños y los más pequeños se aprovechan de los más grandes pidiéndoles de todo, como por ejemplo que los lleven a caballito por todo el patio haciendo que los minutos de recreo sean casi eternos.

Los que conocen la leyenda saben también que un día, casi como por arte de magia, las ahijadas y los ahijados viajan a visitar el lugar que habitan las madrinas y padrinos. Y vuelven a hacer juntos lo que mejor saben hacer: jugar y jugar. Quienes los vieron alguna vez conocen los abrazos, las caminatas de la mano y las sonrisas que intercambian ambas especies como señal de agradecimiento por el tiempo compartido.

Así fue como apareció el poder especial que tienen estas criaturas fantásticas que hoy son ahijados y ahijadas, y que un día serán madrinas y padrinos. De la misma manera, ese poder sobrenatural que les recuerda a las madrinas y a los padrinos cuando un tiempo atrás fueron ahijadas, ahijados.