Por Melanie Mahler
Fantasear es fácil. Todos podemos hacerlo. Es un ejercicio sanador y nos lleva a imaginar otros mundos. Tener otras lecturas de lo cotidiano es más atractivo, porque jugamos a vivir en otros lugares, nos olvidamos de las estructuras que nos incomodan y andamos con más alegría para creer posible todo lo “imposible” ¡El arte también es para esto!
Solo hay que atreverse a hacerlo visible. Las alumnas y los alumnos de 6° D de Secundaria imaginaron como ejercicio de clase qué cosas, colores, órdenes de espacio le cambiarían al colegio.
Hicieron un registro fotográfico del lugar y dentro del aula crearon lo «imposible»: la Goethe con colores, paredes más blandas, con texturas y, ¡algunas cosas ubicadas en otro lugar! Fue muy lindo descansar juntos en esa posible nueva imagen escolar.
Hay mucho que podríamos hacer… Además, vale aclarar que ¡los colores son los favoritos del alumnado!
¡Gracias 6° año D por tanta creatividad!