Por María Paz Miori, mamá de Felipe de sala de 2 (y de Pedro de sala de 4)

¡Un día Felipe llegó a casa con una tarjeta! Era la invitación al Día de la Familia. Me dijo: «es para vos y papá y mi jardín» con una sonrisa y expectativas muy grandes.

Entramos al aula con él, pudimos conocer con qué juega, qué le gusta de la sala, cómo aprende y quiénes son sus compañeros. Luego de cantar, las seños tenían preparada una actividad: encontrar la foto de la familia y decorar el marco.

Disfrutamos muchísimo de pintarnos las manos, dejar dedos empapados de témpera, brillo, crayones, pegar estrellas, ¡de todo! Debo reconocer que más de un adulto disfrutó y se enchastró a la par de sus hijos.

Luego vino la sorpresa, un hermoso llavero que ellos mismos habían pintado. Particularmente yo lo puse con mis llaves. Es increíble que cuando Felipe lo ve, recuerda y me cuenta algo distinto de ese día, pero siempre con la misma alegría.

Realmente se pudo apreciar el trabajo que día a día realiza el equipo docente con nuestros hijos e hijas. 

Quiero destacar que la complicidad y las miradas entre las seños Ana y Juli con todos los niños y niñas fueron mágicas. Dejarnos estar presentes aunque sea un día, también lo fue. MUCHAS GRACIAS.