El álbum más exitoso y quizás más interesante hasta el momento del pianista argentino Horacio Lavandera surgió por iniciativa de Manfred Eichers, del sello discográfico LCM. La interpretación que hace Lavandera de las piezas para piano del bandoneonista y compositor argentino Dino Saluzzi son de una enorme sensibilidad y mostraron una cara completamente nueva de la música argentina contemporánea. Con solo 32 años, Lavandera no deja de sorprender con su versatilidad artística.

Autor: Helmut Peters

“El timbre del sonido es el centro de mi trabajo”

El 14 de octubre de 2017 Horacio Lavandera dio un concierto en la Laeiszhalle de Hamburgo en el que interpretó tres obras de Dino Saluzzi: “Romance”, “Montañas” y “Media Noche; fragmentos de la obra de Bach “Das Wohltemperierte Klavier”; “Cuatro piezas de piano, Op. 119” de Brahms y dos sonatas de Beethoven “Pathetique” y “Apassionata”. En esa oportunidad conocimos al extraordinario artista ¡que no solo toca el piano sino también habla de música y transmite al público lo que siente por la música con lujo de detalles. En internet circula un video en el que Lavandera habla sobre la interpretación musical y se lo ve varios minutos intentando encontrar el sonido exacto del primer compás de una obra. Esta intensidad y sensibilidad que pone en todo lo que hace se ven reflejadas en el trabajo de este pianista extraordinario que, además, es director y fundó su propia orquesta en Argentina, su país natal.

“Los últimos diez años se me presentaron muchas oportunidades de realizar proyectos en Buenos Aires“, cuenta Lavandera. “Allí inicié mi carrera como director de orquesta y trabajé con los mejores músicos de la ciudad. Tres años antes había hecho dos producciones para la televisión argentina. Una estaba dedicada a la difusión de música nueva y la otra estaba más abocada a lo académico. En esa oportunidad trabajé con música de Karlheinz Stockhauser y Pierre Boulez, entre otros, y me propuse dar a conocer las obras de estos compositores.“ 

El arte de presentar determinadas obras de manera clara, detallada pero también de manera emotiva y conmovedora, y las sutilezas de su trabajo, es algo propio de Lavandera que se ha perfeccionado en las últimas décadas. Porque si hay algo que no le falta al joven pianista son ideas de proyectos, fechas para dar conciertos e incluso apariciones en televisión. Horacio Lavandera nació en Buenos Aires en 1984. En 2002 ganó el Concurso Umberto Micheli del Teatro alla Scala de Milán y fue entonces cuando el joven prodigio de Argentina llamó la atención en Alemania. Ya en ese momento, Lavandera eligió un repertorio muy amplio que incluía varios estilos desde la literatura barroca pasando por el Clasicismo y el Romanticismo hasta llegar a la música contemporánea. Más tarde, recibió el premio especial de la Orquesta Filarmónica de la Scala de Milán por su interpretación del virtuoso Concierto para piano en sol mayor de Ravel y a lo largo de su carrera participó en muchas competencias internacionales. En poco tiempo, Lavandera recibió invitaciones para tocar en orquestas internacionales y dio conciertos de piano en Estados Unidos, Asia y Europa.

Horacio Lavandera nunca subestimó el rol de los medios de comunicación, tanto de los medios impresos como de la radio y la televisión. “En la televisión argentina me dediqué mucho a los compositores jóvenes de mi país. Toqué sus piezas para piano y los entrevisté. La música de vanguardia tiene una energía muy fuerte.“ Tanto en sus primeras visitas a Europa como cuando era niño, Lavandera siguió profundizando su interés por la música contemporánea. “Me acuerdo cuando tenía doce años y aprendí a tocar las sonatas de Boulez. Estaba absolutamente maravillado de vivir en carne propia todo lo que genera la música”. A principios de los 90 viajó a España a realizar estudios de posgrado y luego siguió viaje a Alemania donde hizo cursos con Karlheinz Stockhausen. “En ese momento, bajo la dirección de Stockhausen, toqué su pieza para piano Nro. 11. Él era muy entusiasta. Lo visité en su casa e intercambiamos muchas cartas. Para mí Stockhausen es uno de los compositores contemporáneos más importantes y ejemplares. Compuso música que surge de su propio espíritu. Trabaja con mucha concentración y amor, y siempre fue muy auténtico. Conocerlo fue una experiencia increíble.”

El contacto entre el joven pianista y Stockhausen lo había hecho nada más ni nada menos que Maurizio Pollini. “En 2001 yo también estaba haciendo los cursos de Pollini en Siena y eso era un gran sueño para mí porque en ese momento Pollini era mi gran ídolo. Pollini me ayudó a encontrarme como artista.” El amor por el arte de Pollini y la devoción por la música de vanguardia se hacen visibles en el espíritu, en la manera de pensar y en el arte de Horacio Lavandera. Porque cuando hablamos del timbre del sonido, este pianista es sumamente refinado y sofisticado. Al igual que el legendario Pollini y los compositores contemporáneos, Lavandera atraviesa el sonido y cada una de las notas, y explora las relaciones que se establecen con sus respectivos entornos. “Para mí el timbre del sonido es el centro de mi trabajo”, dice Lavandera. “De todos los pianistas con los que estoy conectado, además de Pollini, para mí Wilhelm Backhaus es el más importante, sobre todo en la interpretación de las obras de Mozart. Lo conocí a través de Antonio de Raco cuando yo estudiaba con él. Había visto en vivo a Bockhaus tocando el ciclo de sonatas de Beethoven. Cuando yo hoy en día toco la op. 119 de Brahms, por ejemplo, pienso en Backhaus y en el modo en el que trabaja los timbres de este compositor. Controla el sonido. Y eso es muy diferente a tocar técnicamente bien una obra. Wilhelm Backhaus toca las teclas del piano con total libertad. Interpreta la obra con todos los sentidos, tanto con la mirada como con los oídos.” 

Lavandera no toca solo con los oídos y con los dedos. Es un pianista que también interpreta las obras con la mirada. De hecho, puede pasar horas ocupándose solo de tocar las teclas, llenar el espacio con las notas y recién después de eso llegar al verdadero sonido de su interpretación. “El piano es un instrumento virtuoso. Se puede tocar tan rápido como uno quiera. Pero en general al tocar obras de los grandes maestros hace falta otra cosa completamente distinta“, dice el pianista. “Especialmente cuando se interpretan piezas de Mozart no hay que pensar de manera vertical sino que hay que dejarse llevar. Ese concepto pertenece a la vieja escuela pero para mí es así. Quiero sentir, formar imágenes y expandirme. Cuando uno toca Bach es muy distinto que cuando uno toca una obra de Brahms. Cuando Edwin Fischer interpreta a Bach, por ejemplo, encuentra una variedad de timbres completamente distinto.”

Estos testimonios dan cuenta de cómo le gusta a Lavandera reflexionar y filosofar sobre su trabajo y, por supuesto, también hablar sobre eso. “En los conciertos no hablo de música pero en los entornos académicos siento que es un deber hacerlo. Al fin y al cabo es un espacio para mediar entre lo académico y lo práctico. También es importante lo que ocurre con la obra para piano Nro. 11 de Stockhausen, con la música aleatoria, etc.. Es importante transmitírselo al público.”

Horacio Lavandera remarca una y otra vez que le fascina el sonido de las orquestas alemanas. A su vez, se considera un embajador de su país, quiere fomentar el intercambio entre Argentina y Alemania, y cree que ambas partes pueden sacar un gran provecho de ese intercambio. “Cuando uno tiene algo que realmente lo motiva, lo empuja y que despierta emociones hay que construir sobre eso. Por eso hice mi formación en Europa, porque estoy convencido de que Argentina necesita urgente este tipo de energía y perfeccionamiento artístico. Para la cultura en su conjunto. Me considero como un nexo que genera vínculos entre Argentina y Europa. De este modo, también puedo ayudar a promover el desarrollo artístico en Argentina.“

Además de la fabulosa grabación de un concierto en Londres hecha por el sello discográfico EPSA Music, en el que interpretó obras de Chopin, Ravel, Prokofiew y Finastera, también sacó los discos Horacio Lavandera plays Astor Pazziolla y Dino Saluzzi: Imágenes con los que Lavandera construye un puente con su país natal, Argentina. ”Dino Saluzzi es del norte de Argentina, de la cultura incaica de Bolivia y Perú. Su música es muy introvertida. Es oriundo de una pequeña localidad en las montañas. Lo visité allí porque mi papá, vengo de una familia muy vinculada a la música, tocó con Saluzzi. Saluzzi hoy tiene 82 años. Cuando lo conocí yo tenía 19 y me dijo: “Tengo algo para vos“. Y en aquél entonces me dio partituras para piano que él había escrito mucho tiempo atrás. Estas piezas son muy autobiográficas y Saluzzi me contó en ese momento todo lo que lo que se escondía detrás de cada obra. En esas piezas también plasmó melodías antiguas que conocía de su infancia. De alguna manera son pequeños recuerdos.” Para Horacio Lavandera, Dino Saluzzi es una personalidad musical muy diferente que Astor Piazolla. Claro, si bien Saluzzi toca el bandoneón y por supuesto tiene un vínculo con el tango, representa otro lenguaje musical. “Las piezas de Saluzzi llevan nombres como “Las Montañas” y eso remite como a un sueño en las montañas o tienen que ver con el culto que se hace a los dioses en esta región.” 

Todavía es difícil que un pianista argentino conquiste la escena alemana. Eso también lo vivió en carne propia Horacio Lavandera. “Gracias a mi participación en concursos pude hacer muchos contactos pero seguía siendo difícil. En todo el proceso sostuve firme mis convicciones y fui fiel a mis sentimientos pero muchas veces eso es difícil.”

En su carrera como pianista, Horacio Lavandera también se convirtió en director, porque disfruta mucho estar en contacto con los músicos. “Lo que más me gusta es ese afán que tienen los directores por la exploración. Me gusta tener que confrontar con las diferentes técnicas de los instrumentos que forman una orquesta como el manejo del arco y los golpes. Todo forma parte del conjunto. Cuando dirija este año los cinco conciertos de Beethoven con mi orquesta y yo mismo toque, voy a ver frente a mí la filarmónica de Viena y voy a enloquecer pensando en las posibilidades que brinda una orquesta de tal magnitud.” El entusiasmo por las orquestas llevó a Lavandera a fundar su propia orquesta en Argentina. Este año inicia con su ensamble un proyecto sobre Mozart. “La orquesta se financia con fondos estatales. Nada de esto podría sostenerse de manera privada. Incluso siendo que en noviembre se transmitirá en televisión uno de los conciertos que grabamos con mi orquesta.”

Precisamente considerando el origen del pianista y que creció escuchando tango en su casa se podría pensar que los pianistas argentinos quizás tienen una sensibilidad más desarrollada para los ritmos complejos. “No creo que sea así”, dice Lavandera, “que los músicos sudamericanos tengan una mayor sensibilidad por los ritmos. Hay muchos músicos europeos, sobre todo pianistas, que tocan tango de manera excepcional. Sin embargo, el tango es de Buenos Aires, eso es así.”

Horacio Lavandera toca un piano de cola Steinway y dice que es el “mejor instrumento” para él. Luego de su gira por Europa el año pasado [2018], el pianista prepara su gira por Estados Unidos prevista para este año. Dará conciertos en el Colony Theater de Miami, el Zipper Hall de Los Ángeles y el Carnegie Hall de Nueva York. 

Más información sobre el pianista en horaciolavandera.com.